Un articulo de nuestro proyecto en Periodico El Faro de la Costa Chica.
Protector de tortugas: una ardua labor que las autoridades no valoran
En Marquelia surgió hace diez años el primer campamento tortuguero del municipio. Con una antigüedad de casi diez años de su fundación, podemos decir que El Sirenito Macho es el pionero en la conservación de la tortuga marina, a cargo de su fundador, Javier Mayo Huerta.
Conocido él mismo como El Sirenito, Mayo Huerta comenta que no ha sido fácil sobrevivir en estos ya casi diez años cuidando la tortuga marina, dado que los gobiernos municipales poco se interesan por esa importante actividad de conservación y fomento. "Pero con ganas, esfuerzo y, lo más importante, el amor a la tortuga, hemos sabido esquivar los malos momentos que en ocasiones hemos pasado, todo por el amor a la tortuga".
En las actividades del Sirenito Macho se ocupa toda la familia, así como amigos y un sin fin de voluntarios de México y de otros países que año con año se enrolan en estos trabajos en favor del medio ambiente.
Añade que se ha sentido muy desilusionado por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, porque no le dan la importancia debida a este trabajo, que implica la conservación de uno de los atractivos medioambientales más importantes de la Costa Chica, y por lo tanto tampoco le otorgan el apoyo que corresponde a las tareas de conservar este noble animal. “Si queremos que nuestras generaciones futuras tengan el privilegio de conocer las tortugas y poder tocarlas, debemos apostarle todos al cuidado y conservación de las mismas; de lo contrario, solamente les enseñaremos en fotos o en libros”.
Agrega: “Muchas Administraciones municipales han pasado y ninguna le ha dado la mínima importancia, a sabiendas de que tener un campamento tortuguero en el municipio turístico de Marquelia, es un plus para nuestros turistas, hay más visitantes, y mayor ingreso para los habitantes y comerciantes del municipio”.
En un recorrido para colectar huevos de tortuga, al que se sumó el equipo de Vida y Sociedad, organizado por "El Sirenito Macho, se pudo constatar el difícil y arduo trabajo que es el cuidado y la conservación de la tortuga.
En punto de las diez de la noche partimos hacia la travesía de detección de nidos y recolección de huevos. El medio de transporte fue una cuatrimoto, donde juntos, con un voluntario de Corea del Sur de apellido “Lee”, encaminamos por toda la franja costera de las hermosas playas del municipio de Marquelia. A escasos 150 metros del campamento tortuguero, encontramos la primera tortuga desovando, era de la especie Golfina, la cual desovó 123 huevos. "En el momento que se encuentra desovando sus huevos -nos explica Mayo Huerta-, la golfina está en un trance, está muy indefensa y no puede defenderse de nadie y menos de sus principales enemigos, que son los depredadores humanos. En ese justo momento la tortuga se puede tocar, ya que no siente nada de lo que pasa a sus alrededor".
De pronto sus ojos empiezan a lagrimear. El animal resopla fuerte, al momento de que inicia el proceso de desove. Ahí inicia realmente el proceso de cuidado y la protección de la tortuga marina por parte de los voluntarios, quienes de inmediato colectan los huevos en bolsas de plástico.
Nos explican que las bolsas de plástico les permite a los huevos mantener el calor hasta que sean sembrados en el corral de incubación del campamento
Una vez concluida la recolección de huevos de la primera tortuga, los colectores continúan su camino. De pronto, Javier Mayo detiene la marcha de la cuatrimoto y con sus más de nueve años de experiencia, logra descubrir un nido entre palos, basura y ramas. “Miren, aquí acaba de estar una tortuga, hay rastros. Tal vez ustedes no puedan distinguirlos, pero les aseguro que dentro de esos palos y basura se encuentra un nido de huevos de tortuga”, dijo.
De inmediato, con un palo de madera acondicionado para perforar la arena, encontramos el segundo nido con 107 huevos de la especie golfina, y continuamos.
Más adelante, encontramos a personas con mochilas en hombros. Las indicaciones Javier Mayo fueron dejarlos pasar, no enfrentarse con ellos, pues se trata de depredadores de nidos y la tarea de combatirlos es de la Policía Ecológica del estado.
En esa noche recorrimos el litoral del Océano Pacífico, en el municipio de Marquelia, y siendo las cuatro y media de la madrugada, iniciamos con la labor de sembrar los huevos, en el corral de incubación.
Esa noche, conseguimos colectar 780 huevos de la especie golfina, pero perdimos los de tres nidos que los depreadores ya habían saqueado.
La fecha del nacimiento de los huevos sembrados, está programada aproximadamente para el 23 de octubre de este año.
Es importante señalar que El Sirenito Macho, desde enero de este año a la fecha, lleva más de 25 mil huevos recolectados, y de estos, entre 30 y 40 por ciento de los quelonios tienen probabilidad de sobrevivir, una vez que se les libera en el mar.
Y aún más importante es que las tortuguitas nacidas, regresan al mismo sitio donde fueron liberadas, pasados 8 años. Esto quiere decir que si el ser humano deja de consumir huevos y carne de tortuga, y las autoridades de los tres niveles le apuestan a este proyecto que le da un plus a las playas, en un futuro el municipio de Marquelia será un lugar donde abunde esta especie de tortuga.
Cabe destacar también que a principios del mes de noviembre inicia la arribazón de las tortugas laúd, la tortuga marina más grande del mundo, y que llega a pesar más de 600 kilogramos en su etapa adulto, y que por fortuna también tiene su santuario en las playas de Marquelia.
Por EDER García
Marquelia, Gro.
